19 dic 2005

Jon Lee Anderson: a pasos de la Maciel

Es un periodista que recorre el planeta contando historias que pasan. Estuvo en la guerra de Afganistán, en Irak y a pocos pasos de la Maciel, en una charla en la Fundación Proa. Una de nuestras cronistas estuvo ahí.

Por Jesica Baez

A pocos pasos de la Isla Maciel, del otro lado del Riachuelo, junto al famoso Caminito, en la Fundación Proa, Jon Lee Anderson da una conferencia de prensa. El salón de Proa es hermoso, con las paredes decoradas con corbatas, cuadros, postales, fotos y sillas que cuelgan. Hay muchos periodistas. ¡Parece que esto es muy importante! Jon se encuentra con Jaime Abello, presidente de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). Se saludan y empieza la charla.
Jon es de E.E.U.U, periodista y escritor. Empezó en 1979 como reportero del semanario peruano Lima Times pero ha escrito y escribe para medios tan destacados como el New Yorker. Redactó los perfiles de Fidel Castro, Gabriel García Márquez y escribió sobre varias guerras. También una enorme biografia: El Che Guevara, La tumba del león que son crónicas de la guerra de Afganistán; y La caída de Badgad, basada en sus escritos desde la ciudad sitiada. Jon Lee también da talleres sobre cómo escribir perfiles y cubrir conflictos.

Acá están algunas de las cosas que dijo:

“Primero y principal quiero agradecerles el espacio para poder estar aquí, y por el gusto de volver a ver caras conocidas”.

“Nací en Estados Unidos pero viví más en otros países, y estoy un poco condenado a mirar mi país con otros ojos”.

“El 11 de septiembre, cuando atacaron las Torres Gemelas, me ofrecí para ir a Afganistán y luego a Irak. Lo sentí un deber. Este conflicto es como la locomotora de un tren del que no se puede bajar, nos afecta a todos. Es una historia que sigue escribiéndose”.

“No me considero un corresponsal de guerra sino un periodista. Lo que me interesa son las historias, no las guerras; el rostro humano. Busco cómo se reflejan esos cambios en las cosas cotidianas de la gente”.

“Tanto he visto la mano de Dios en el derrame de sangre de personas muertas, que quedo con las dudas acerca de las religiones”.

“Mi deber es redactar lo que veo, siento y contar la verdad”.

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